lunes, 17 de septiembre de 2007

Ciudad Imaginaria

Gustavo Valle




Cuando llueve sobre una ciudad imaginaria
sale el sol en la ciudad en que vivimos
sale la pelota a rebotar en el parque
sale el árbol a hablar con el nido
abren sus puertas todos los mercados
bulle en la taza la Grecca crepitante
hay algarabía en los balcones
un carnaval de perfumes en la plaza
la risa de la mujer al mediodía
roba de la iglesia la campana.

Cuando escampa en una ciudad imaginaria
llueve a cántaros en la ciudad en que vivimos
enormes ríos doblan calle abajo
paraguas amenazan orejas y retinas
algo como el destino en los charcos se dibuja
y en la casa de familia
un anciano frente a la estufa
navega en las aguas de su libro.

Cuando muere una ciudad imaginaria
algo muere en la ciudad en que vivimos.


(Del libro Ciudad Imaginaria, Monte Ávila Editores)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué belleza, Valle. Salud por esas ciudades paralelas que dan vida y asesinan un poco, todo a la vez, a estas en las que habitamos.

Israel Centeno dijo...

¿Dónde consigo el libro, Gustavo? ¿Se consigue? Me gustaría leerlo, la ciudad posible, la amable, la menos crepitante o la crepitante en clave madero quemado, hogar consumiendo, bosque de otoño e incendios íntimos - entre la gente; desde y fuera ( empatía y despersonalización necesaria)-; la que habitamos a pesar de la obvia ; es esa, imaginaria.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Israel, me dicen que el libro está en Kuaimare, Flor de Barinas o como la hayan rebautizado.